No sé qué sería de mí sin los micromomentos de felicidad que me da. Reírnos de todo o de nada, pero reírnos, y mirarnos, y comernos con los ojos, y seguir riendo.
Por esto es por lo que le quiero, nadie sabe hacerme caer tan bajo como él y luego levantarme hasta el cielo tirando de mi sonrisa.
Un blog muy interesante. Me mantendré atenta.
ResponderEliminarUn saludo de otra Cántabra en blogger :)