30 de marzo de 2012

24 de marzo (o cómo pasar una noche espectacular)

Mucha gente, calor, ruido que se mezcla con algo parecido a lo que llaman música y olor a sal. La música se para y tras unos milisegundoes en silencio se oyen aplausos. Marcos, Curro y Raúl salen al escenario, más aplausos, silbidos, gritos... Aún no sabían lo que les esperaba esa noche. Con los primeros acordes ya mandaron una onda de buen rollo a las 450 personas allí presentes (sold-out, increíble), y al llegar al estribillo yo ya estaba totalmente colgada de esa voz, de los bailes y de la energía que desprendían los bellos de La sonrisa de Julia. (Todo pese al altísimo volumen de los altavoces que a veces reventaban los oídos)

 Y así fue pasando la casi hora y media de concierto entre saltos, miradas bonitas, risas, gritos, bromas, canciones de quedarte quieta, con los ojos cerrados y notándolo fuerte ('Puedo', 'Dónde está mi vida'... Esta última, uf, preciosa); muchos saltos ('Loco'); 'Extraño', que fue una de las mejores de la noche... Por desgracia todo tiene un fin, y el de este concierto ya llegaba (y eso no mola, no mola nada tío). Aparece Alberto en el escenario, es momento de 'El hombre que olvidó su nombre' y yo me quedo, aparte de mi enamoramiento con esa canción y su respectivo baile epiléptico, con las miradas y sonrisas cómplices encima del escenario. Que todo eso se transmite, de verdad.

 Fin. Un final sudoroso y con una sensación inexplicable que me dibujaba una sonrisa en la cara. Pero la noche no había terminado, ni de coña. Aún quedaban otros cinco señores bonitos por subir ahí arriba. 

Comienzo del concierto algo frío, Alberto pachuchillo hacía lo que podía y el resto de los Miss Caffeina parecía que estaban un poco en otro mundo, cosa que se arregló a la tercera canción. No faltó el larala en 'Mi rutina preferida', 'Otoño y mariposas', me sorprendió 'Golosinas, otra canción para cerrar los ojos y dejar que haga pum pum; los saltos en 'Ley de gravitación universal', 'Ley de imposibilidad del fenómeno' que me llegó al alma y 'Capitán' sintiendo como retumba por dentro. 'Lisboa' espectacular, junto con Marcos, de la Sonrisa, que elevaba los pies del suelo de verdad, con un fin en 'El hombre que olvidó su nombre' de nuevo y caras de felicidad absoluta en todos y cada uno de los que ocupaban el escenario.

 Tras suplicar varias veces 'Otra', ahora sí que sí, llega el (sublime) final con 'Cabaret'. Ojalá pudiese probar un poquito de lo que siente Alberto en ese momento cantando entre el público, debe ser genial... Una vez todos arriba, la última parte de la última canción del último grupo de la noche acaba, y lo que yo tengo es agotamiento y felicidad a partes iguales, es extremo.

 Es precioso.