3 de febrero de 2011

El último taxi...

...ya se fue. Fue la única oportunidad que tuvo y no la supo aprvechar, o quizás es que fuera eso lo que tenía que pasar. Ahora ya no aguanta más, se dá por vencida, abandona el juego al que se le ha olvidado jugar. No puede soportarlo más, es un juego de azar, y le ha tocado perder... Se esconde en vinilos rallados, en los mitos del rock del 96, también en los del 2003 y cada nota,cada palabra, cada mísero silencio le recuerda a él. Grita, grita en su habitación, se tira en su cama, da mil patadas cual niña pequeña y ya no sabe qué melodía escoger, si la de tirarse al barro a pelear o la de tirar la toalla de una vez (que ya es hora de darse cuenta de lo que hay...).


“Habla de si misma en tercera persona porque la idea de enfrentarse con quien realmente es, de aceptarse tal cual es, seria demasiado para su orgullo. Esta asqueada de si misma y desea, desea desea, que pase algo que active un poco de vida en ella”

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