18 de noviembre de 2010

Eso es: música.

¿Alguna vez os habéis parado a pensar lo grande que es la música?
Es una de las piezas fundamentales para sostener a una persona (por lo menos, para sostenerme yo), junto con el amor y la verdad. Para mí la vida está formada con trocitos de esos tres pilares, todos bien colocados apoyados unos en otros, y que si quitas alguno de esos trocitos se cae todo...

La música está en cada paso que damos, alrededor nuestro, unas veces se deja ver y otras no. Pero cuando aparece delante tuyo, te mira fijamente a los ojos, de tú a tú, es capaz de meterse dentro de tu cuerpo y de tu mente, de estremecerte, emocionarte, te da alegría, lujuria, te hacer sentir cosquillas en el estómago, hasta te puede llegar a hacer temblar... Y todo ésto sin darte cuenta, cual medusa que te envuelve con sus tentáculos para atraparte y después picarte y envenenarte.

Canciones que se te quedan clavadas en la memoria, y se repiten una y otra vez, otras que no escucharás más de una vez en la vida. Tienen el sabor de un buen vino bebido de los labios de un hombre, el tacto de una mano suave que te acaricia o el arañazo de una barba que recorre tu cuerpo, el olor de una colonia cara derramada por el suelo...

La música te da todo y no te pide nada, se cuela en tu vida sin que se te des cuenta, te llega adentro y te da la vuelta.



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18.11.2010: Tan salvaje, tan amor, tan extremo como yo...

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